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Cerrados para siempre en una habitación, exiliados en tierra extranjera o encarcelados. Los poetas del presente ciclo tienen en común eso: forzados de una manera u otra a la soledad y a la introspección, alejados de un mundo ruidoso y frenético —de la Roma d'August en la España de la Guerra Civil—, todos ellos se aferraron a la palabra como única tabla de salvación. En este ciclo os invitamos a conocer la obra y la vida de estos poetas que, como nosotros ahora, tuvieron que aprender a convivir con una reclusión forzosa, pero que fueron capaces de extraer lo mejor que esta situación les podía ofrecer: el momento de la escritura. A la lectura guiada de los poemas, este ciclo compuesto de tres partes —el exilio, la casa y la prisión— incorpora la posibilidad de participar de manera creativa, compartiendo nuestras propias visiones poéticas en la era del primer confinamiento global.
Adrià Targa (Tarragona, 1987) se formó en la Universidad de Barcelona con la licenciatura de Filología Clásica, mientras publicaba sus primeros libros de poemas: El exilio de Constanza (La gente del rayo / Cossetània, 2008) y Bocas en calma (Ediciones 62, 2011) con el cual se proclamó ganador del premio Gabriel Ferrater de Sant Cugat. Desde entonces ha publicado otros títulos como Ícaro (Ediciones Poncianes, 2015) y La plaquette Liorna (Los papeles díscolos, 2015). En el 2020 ha sido galardonado con el premio Vicent Andrés Estellés de Burjassot por Cambiar de cielo, que se publicará próximamente. Colabora con algunos medios digitales y ha sido conductor de varios talleres de poesía y creación literaria en la Escuela de Letras de Tarragona.
Cada taller constará de dos sesiones: en la primera se ofrecerá a los inscritos una antología (en formato digital) que reunirá los textos de los diversos poetas, donde se presentarán los poetas y la elección de su obra. Los inscritos podrán participar de esta lectura y comentario en el marco de un debate creativo y enriquecedor. A raíz de los textos leídos a la primera sesión, se propondrá un ejercicio de creación literaria (opcional) que se podrá compartir con los compañeros a la segunda sesión, donde se leerán otros textos complementarios y se resumirán los aspectos principales.
PROGRAMA:
Poetas en confinamiento: la casa
Diciembre de 2020
Ausiàs March no quiere que lo molesten. Alejado definitivamente del mundo cortesano, se dedica a administrar sus tierras y después se sienta horas y horas en el escritorio, donde compone uno de los mayores monumentos literarios de su época. Siglos después, un joven conde italiano, Giacomo Leopardi, no osa salir a la calle porque la gente de su pueblecito, Recanati, se burla de su deformidad física y de su fijación por los estudios: el joven se consuela mirando largamente por la ventana e imagina el infinito tras las vallas de su casa paterna, donde se limita a escuchar el canto de las chicas que pasan bajo la ventana y a mirar el chisporroteo de las estrellas, elementos para él igualmente inalcanzables. Emily Dickinson hace años que no sale de su habitación: sólo recibe y responde las cartas de los amigos. Joaquim Folguera, cuidado por sus padres, morirá a la edad de veinticinco años a causa de una larga enfermedad que lo dejará en la cama, pero suplirá la vida que pasa por la calle construyendo una de las obras más maduras y singulares de su generación. Víctima de otro tipo de enfermedad, Miquel Bauçà se alejará del mundo confinándose en una caravana, sin contacto con familiares ni amigos. Son los marginados en el sentido etimológico del término. Desde el margen, han compuesto algunas las mejores páginas de la literatura universales. En este taller leeremos sus poemas, buscaremos las conexiones e intentaremos escribir partiendo de sus lecciones, desde las formas métricas a sus universos, nunca más bien dicho, completamente singulares.
Poetas en confinamiento: la prisión
Enero de 2021
«Desierto de amigos, de corderos y de señor / en extraño lugar y en extraña región...» Así empieza uno de los poemas más famosos de Jordi de Sant Jordi, que trata el tema de la segunda entrega de “Poetas en confinamiento”: la pérdida forzada de la libertad, en este caso, por el ingreso a prisión. Leeremos versos de poetas que han pasado una temporada más o menos larga entre barrotes (como el mismo Jordi de Sant Jordi, pero también Óssip Mandelstam, Miguel Hernández o César Vallejo) y veremos qué ha quedado, de esta temporada en los infiernos, en sus composiciones poéticas. Si los poetas del anterior taller habían escogido la reclusión, los de ahora invierten todas sus fuerzas en dar un sentido a su nuevo statu quo. Como en el taller anterior, trataremos de acercarnos a estos poetas también desde la creación literaria.
Poetas en confinamiento: el exilio
Febrero de 2021
Ovidi fue exiliado por el emperador August a causa de un poema y un error. Nunca más volvería a Roma, pero el destierro le serviría para componer algunas de las elegías más tristes (y más bellas) de la poesía clásica, con un tono marcadamente autobiográfico. Carles Riba también sufrió el exilio en su propia carne, y compuso en su elegía a Súnion uno de los grandes templos donde todavía nos refugiamos, algunos, cuando queremos volver a casa: la de la buena poesía, mesurada y tenaz. Pero no todo son elegías. Como ellos, Josep Carner —recordamos que, justo este año, el año Carner conmemora el quincuagésimo aniversario de su muerte— nos dio su propia visión de la añoranza de la patria, más sosegada y dulce, pero no exenta de tristeza, como se demuestra en su poema Bélgica. Fuera de casa, pues, pero confinados a su manera fuera de los confines de la propia tierra, estos poetas y muchos otros (Armand Obiols, Joan Oliver o Clementina Arderiu son otros ejemplos) no supieron enfrentarse al exilio sino con las palabras de su tribu, único vínculo con un mundo que cambiaba depressa, o que tal vez estaba a punto de desaparecer.