Exposición de varios ejemplares de sermonarios escritos por del arzobispo Armanyà, y una selección bibliográfica sobre el personaje

Francesc Armanyà 300 años: la Ilustración en la Tarragona del siglo XVIII
Actividades de conmemoración de los 300 años de su nacimiento.

Francesc Armanyà nació en Vilanova i la Geltrú el 3 de junio de 1718, este año hace 300 años. Hijo de un humilde patrón de barco, estaba dotado de un entendimiento claro y de una memoria prodigiosa, fueron tan sorprendentes sus progresos en el estudio, que a la edad de trece años acabó filosofía. Aficionado al remanso y al estudio, a los catorce años renunció al mundo y vistió el hábito de la orden de Sant Agustí del convento de Barcelona. Su progresión en el entorno eclesiástico fue continuada, hasta el punto que por sus méritos y virtudes el rey Carlos IV lo presentó para la Sede episcopal de Lugo, y en el año 1781 fue ascendido a la Sede arzobispal de Tarragona, tomando posesión el 30 de mayo del mismo año. Se distinguió por su caridad heroica, por la firme erudición y por su espíritu tolerante.

Contribuyó económicamente a las obras que entonces se efectuaban en el puerto de la ciudad e invirtió más de cien mil duros en la restauración del acueducto iniciada para el arzobispo anterior Joaquín de Santiyán y Valdivieso (1733 – 1783). Tuvo la satisfacción de ver llegar el agua a la ciudad, el año 1798.

Dotado también de extraordinaria elocuencia, cuando llegó a una edad demasiado avanzada para predicar, escribió cuatro volúmenes de magníficos sermones que ponían de manifiesto su importante conocimiento de teología, derecho canónico, historia universal y lenguas orientales.

Murió en Tarragona a los 85 años, el 4 de mayo de 1803 y su sepultura se encuentra en el presbiterio de la Catedral, al pie de las escaleras que van al antiguo altar mayor.